Besteiro compró un piso a un constructor por 32.000 euros menos de lo que valía
José Ramón Gómez Besteiro compró, cuando era concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Lugo, una vivienda por 138.000 euros, pero la justicia considera que el precio real rondaba los 170.000, es decir, pagó 32.000 euros menos de su valor de mercado. La investigación cree que la rebaja tiene relación con el hecho de que el propietario del piso, el constructor Alfonso Quiroga Berdeal, vendiera poco antes unos terrenos que serían recalificados por el propio edil sólo un mes después de comprarle la vivienda.
Según un informe manejado por la juez, «los precios de referencia de una vivienda de 110 metros cuadrados (la vivienda medida a Gómez Besteiro tenía más metros cuadrados) en el año 2005 sería de entre 150.000 y 170.000 euros». La venta del piso se produjo el 30 de diciembre de 2004. El vendedor, meses antes, en mayo de 2004, enajenó unos terrenos que tenía en la parcela CS5 de Lugo a Ricardo Iglesias.
Pero hay otro elemento que a la juez le da signos inequívocos de que el piso se vendió por debajo de su valor real de mercado: «Las partes elevaron a pública la compraventa mediante escritura formalizada en fecha 31 de mayo de 2005 [un año después de la compra] por el mismo valor que se había tasado a efectos hipotecarios ocho años antes».
Pero más llamativo aún de esta generosa operación para el concejal de Urbanismo, es que el propietario del piso meses antes había vendido unos terrenos a Ricardo Iglesias. La juez es implacable en su sospecha: «Apenas un mes y ocho días después de la adquisición de su piso, Gómez Besteiro, concejal de Urbanismo de Lugo, firma el convenio urbanístico entre el Ayuntamiento de Lugo y Ricardo Iglesias (nuevo propietario de la CS5, tras la venta que le efectúa Construcciones Díaz, empresa del vendedor del piso)».
Este convenio impulsado por Gómez Besteiro, según la juez, «siguió tramitación y fue aprobado definitivamente el 31 de diciembre de 2005 (no sólo nochevieja, sino también sábado) un día antes de que entrara en vigor la ley 15/2004 de reforma de la LOUGA». La nueva reglamentación urbanístíca, presumiblemente, habría impedido la recalificación de la zona que había impulsado Gómez Besteiro.